Multados por saltarse la cuarentena para ir a casa de sus novias

Dicen que el amor no tiene fronteras y que no entiende de multas. A nosotros nos parece más claro que el «calentón» que llevan algunos les impide ver los riesgos que tiene el saltarse el confinamiento. Mismamente, en las últimas horas en la localidad de Dénia, en Valencia, 42 personas se han saltado la cuarentena sin un motivo justificado y han recibido las consecuentes multas debido a ello.

Una gran parte de estas denuncias, tal y como atestigua la policía, están basadas en contextos en los que los amonestados se encontraban desplazándose hacia el domicilio de sus parejas o volviendo de los mismos. La malísima noticia se la llevan a quienes pillaron yendo hacia las casas de sus novias, porque se tuvieron que dar la vuelta y se llevaron una multa, pero volvieron con las manos vacías. El resto, a los que les pillaron después de la visita, no se puede decir que no hayan pagado el encuentro íntimo más caro de sus vidas (al menos esperamos que haya merecido la pena).

Uno de los multados le dijo a la policía que venía de estar cenando en casa de su exmujer. Y aunque sabemos que en ocasiones, sobre todo en situaciones como esta, saltan las chispas con las ex, no sabemos tampoco si la multa le habrá compensado a este caballero. Otros decían que venían de ver a sus parejas, pero no nos extrañaría que la gente en la zona estuviera sacando brillo a Tinder y otras aplicaciones para quedar con personas a las que no conocen y simplemente entregarse al placer.

Nos llegan noticias de que esto está ocurriendo, que hay mucha gente quedando a saco para tener relaciones sexuales con un extraño en medio de la cuarentena con el riesgo que supone que te multen y que te cace el virus. Pero ya se sabe que la sociedad es dada a este tipo de juegos. Entre enamorados que van a visitar a sus parejas con una flor en la bragueta, exmaridos que van a hacer suyo el lema de «en tiempos de guerra cualquier agujero es buena trinchera» y los de Tinder, solo nos faltan los clientes asiduos de profesionales del sexo que mediante contraseña secreta se cuelan en sus casas dispuestos a desfogar el estrés de estar encerrados 24 horas con la familia. Pero claro, eso no se lo van a confesar a la policía.

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