Los trabajadores del cementerio de Alzira vuelven a sus puestos

Se ha hablado mucho últimamente sobre los despidos y las maniobras que ha realizado el magnate Elon Musk en Twitter, pero no hay que salir de lugares tan acogedores como Alzira para encontrarse con decisiones del gobierno que son igual de escandalosas. Lo ocurrido en el cementerio de Alzira es una demostración perfecta de las malas decisiones que toman quienes mandan.

De una manera totalmente inoportuna e inesperada, el gobierno municipal tomó la decisión de privatizar el servicio de gestión del cementerio de Alzira. La decisión, que fue duramente criticada por los vecinos y los ciudadanos de la región, dejó en la calle a seis profesionales que se habían estado ocupando del trabajo en el cementerio.

Ahora los trabajadores volverán a sus puestos a la vista de lo desastroso que ha sido el intento de privatización. Y este incidente posiblemente servirá como demostración de que las cosas no se pueden privatizar por privatizar y, ni mucho menos, hacerlo sin una buena planificación. Los trabajadores, por supuesto, vuelven en sus papeles de empleados municipales.

El gobierno de izquierdas había sido muy criticado por CC.OO por la decisión. No solo eso, sino que se ocuparon de dejar claro que la privatización había sido terrible. Se dejó a dos personas trabajando en el mantenimiento del cementerio y todos los demás servicios se pusieron en manos de una empresa privada que no tenía ningún tipo de experiencia ni conocimiento en gestión de cementerios.

Lo escandaloso y extraño de la situación es que mientras ocurre esto, en Alzira se están desprivatizando algunos servicios que habían sido privatizados en los últimos años. El objetivo y lo que se busca es que la mayor cantidad posible de servicios vuelvan a estar dentro de las responsabilidades municipales y no en manos de empresas privadas que, en muchos de los casos, no son capaces de gestionar el servicio.

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