La pandemia baja el ritmo y comienzan los despidos en Sanidad

Las cosas, desgraciadamente, funcionan así. En plena pandemia los gobiernos comenzaron a contratar médicos, enfermeras y todo tipo de profesionales de la salud para trabajar a máximo rendimiento. Se jugaron la vida. Se dejaron la piel y perdieron sueño. Salvaron vidas, pero también sacrificaron mucho. Ahora, comienzan a llenar las filas del paro, porque el peor momento ya ha pasado. No para ellos.

En la Comunidad Valenciana, por ejemplo, se ha lanzado la propuesta de reducir la plantilla de especialistas de medicina contratados durante la pandemia. Pasará de la cantidad de 9300 profesionales que se contrataron a una cifra mucho menor a la vista de que alrededor de 4000 no van a ser renovados.

Pasarán a engrosar las filas del paro o estarán obligados a buscar trabajo en otras comunidades donde todavía se estén contratando médicos y sanitarios. Por supuesto, la medida ha sido rechazada por los sindicatos, que hablan de una forma de gestionar las plantillas de manera totalmente errónea. No solo porque se esté utilizando a los médicos de una manera inhumana, sacándoles provecho en los tiempos difíciles y desechándolos después, sino también porque supone un gran riesgo para la sanidad.

Si bien la pandemia es cierto, que está bajando el nivel de gravedad y de peligro, todavía nos encontramos expuestos como sociedad a la expansión del virus y la infección de cada vez más personas. No se sabe en qué momento vamos a encontrarnos ante un resurgimiento de los infectados o si en algún momento se producirá otro altercado que desequilibre la balanza.

Además, los especialistas y directores de hospitales hablan de cómo todavía hay falta de personal, todo lo contrario a la idea que intenta transmitir el Ministerio de Sanidad. Aún se necesitan todas las manos posibles y el mayor esfuerzo para que la sanidad recupere su buen ritmo, por lo que despedir a miles de empleados no es, ni mucho menos, la mejor decisión.

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