Cada vez más asesinatos y violencia en la comunidad

Las noticias de los periódicos dejan claro que algo ocurre. Los delincuentes más violentos están acaparando mucha atención mediática, mucha más de la que nadie habría imaginado. Estadísticamente se puede comprobar que nunca se habían procedido tantas violaciones y asesinatos como en los últimos años. La pandemia ha puesto la sociedad patas arriba y algunos hombres no lo han asimilado bien.

El problema es que los titulares que, hasta ahora, parecían propios de series de televisión norteamericanas, son situaciones e incidentes que se han convertido en la cruda realidad de lo que está ocurriendo tanto en la Comunidad Valenciana como en España en general.

Muchos de estos delincuentes están utilizando drogas con las que provocar que sus futuras víctimas caigan rendidas y que, en ese momento, el asesino o violador pueda llevar a cabo sus planes. Un ejemplo de este tipo de incidentes lo pone lo ocurrido con los asesinatos de Lady Marcela Vargas, Arliene Ramos y Marta Calvo, en los que hubo drogas de por medio que le facilitaron el trabajo sucio al asesino. Otras mujeres, que casi fueron víctimas del mismo asesino, han hablado de cómo consiguieron escapar prácticamente de milagro, puesto que casi cayeron dormidas por el mismo efecto de la droga.

Mientras tanto, también se registran incidentes de violaciones que los violadores defienden que ocurrieron de forma consentida, mientras que las mujeres cuentan totalmente lo opuesto. Otra situación cada vez más habitual son aquellas violaciones o casos de maltrato que comenzaron por el encuentro entre dos desconocidos para practicar relaciones sexuales de pago.

Hay mujeres que, después de la crisis de la pandemia, no tienen trabajo y han optado por usar su cuerpo para obtener ingresos rápidos. Pero, en muchos casos, no tienen experiencia ni conocimientos de lo arriesgado que es este mundo, lo que lleva a que se expongan a grandes peligros.

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