Le multan por conducir 15 kilómetros para comprar tabaco

Ya no sabemos cómo repetir a nuestros queridos valencianos que se queden en casa, que no intenten liarla en las calles o en sus urbanizaciones, porque al final les pillan y caen multas. O quizá la sociedad no tenga que repetir a los inconscientes que tengan cuidado, porque de alguna parte tendrán que salir las paguitas que el gobierno le va a poner a todo ciudadano. Hoy hablamos del listo que condujo 15 kilómetros «para comprar tabaco».

El suceso merece un análisis o una entrevista con el susodicho. Nos ponemos en situación. Salimos a conducir porque «me gusta conducir» y el hombre echa de menos sentir la melena al viento mientras se asoma por la ventanilla y escucha algún disco rancio. Así que se mete al coche posiblemente pensando «aquí no hay virus narices, es mi coche» y sale camino a un pueblo no precisamente cercano. En esos 15 kilómetros que se pasa conduciendo nos preguntamos, ¿qué estaría pensando?

Porque en lo que no pensó precisamente fue en la posibilidad de que le parasen, dado que de haberlo hecho seguro que tenía una buena excusa para compartir con la policía. La maravillosa respuesta que se le ocurrió cuando los agentes le pararon para interesarse por su presencia en la calle fue: «voy a comprar tabaco».

Si somos sinceros, la única opción que nos encaja en este drama humano, es que el «voy a comprar tabaco» fuera un eufemismo de ese momento en el que un cabeza de familia abandona a su familia y se marcha para no volver jamás. Eso nos cuadraría. El hombre lleva en confinamiento 1 mes con su mujer, con el pesado de su hijo que está todo el día dando por saco, y al final ha decidido poner pies en polvorosa. Se ha ido al garaje, ha sacado el coche y ha pulsado el acelerador. Lamentablemente para él, solo ha llegado 15 kilómetros. Y se vuelve a casa calentito, fracasado, con una multa y una próxima discusión con su esposa, porque la mujer le va a poner a caldo por recibir la multa.

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